Para nuestros hijos lo mejor...

La noche encierra secretos, pero también devela realidades que duelen. Son los niños en la calle, esos chicos que vestidos en forma andrajosa buscan mitigar su hambre a través de la limosna. O de la prostitución… Y cada vez son más. No sólo por la noche, sino a cualquier hora del día. No solo en nuestro país anda por las calles sino de cualquier ciudad de otros países me da pena ver esta realidad sin poder hacer nada… esta verdad que lacera el alma y produce impotencia, muchas veces por no saber cómo actuar o por ver cómo ese futuro de la sociedad queda envuelto en el olvido. Ellos Prefieren la “moneda” a una comida que se les pueda ofrecer, ya que también utilizan el dinero no para ayudar a su familia sino para comprar drogas y eso es penoso. Se resisten a aceptar otra cosa que no sea dinero. Muchas veces estos niños caen en la calles por culpa de sus padres que los maltratan o los obligan a pedir dinero para ellos para no trabajar. Estos niños no tienen infancia, una hermosa infancia de juegos, sino tienen juegos menos estudios. Sabemos que hay organismos que intentan mejorarle la calidad de vida a estos niños que estiran sus manos para pedir o se prostituyen. Algunos los oyen con los oídos y tratan de aconsejarlos, otros con el bolsillo y de paso se sacan un “peso moral” de encima y otros, directamente, no oyen en absoluto. “El pesar y la pobreza purifican el corazón del hombre, aunque nuestras mentes débiles no ven nada de valor en el universo, salvo la comodidad y la felicidad”. Sin embargo muchos ayudan solo por ayudarse a si mismos, para que la sociedad los vea como buenos samaritanos, pero yo digo una cosa, si se extiende una mano para el que lo necesita bienvenido sea, no importa el motivo, estos niños lo necesitan…